Cumpliéndose casi 30 años de la inauguración del Área Fundacional de Mendoza, se llevó a cabo el Concurso Nacional de Anteproyectos para la puesta en valor de la Fuente Histórica en la Plaza Fundacional e ideas para el entorno urbano de la Ciudad. Siendo una iniciativa de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza en conjunto con el Colegio de Arquitectos de la misma provincia, se convocó a este concurso con el objetivo de poner en valor el Museo de Sitio conformado por la Plaza Pedro del Castillo, la Cámara Subterránea con los restos de la fuente histórica del siglo XIX, el Museo y las Ruinas Jesuíticas de la Iglesia de San Francisco.
Exponiendo parte del patrimonio histórico arqueológico de la ciudad, la fuente histórica forma parte de este conjunto demandando una intervención urgente debido al estado crítico estructural de la cubierta del recinto. Según lo establecido desde las bases, la propuesta debe contemplar y potenciar la visión museológica que dio inicio al proyecto de recuperación y puesta en valor del Área Fundacional de Mendoza de 1993 y a su vez, integrar la reciente intervención sobre el Parque O’Higgins. Tratándose de un sitio histórico colonial que data de 1561, se deberá indagar en sus valores, su acervo patrimonial emergente y los sustratos de gran riqueza arqueológica que reúne, considerando la relación histórica, urbana y paisajística desde su dimensión territorial.
El jurado, conformado por Alejandro Grinberg en representación de los participantes, Cristian Nanzer por FADEA, Daniel Schávelzon y Leticia Martinez por la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza junto a Pablo Pithod por el CAMZA, otorgó tres premios y una mención honorífica. Conoce a continuación todos los trabajos premiados.
Primer Premio
- Arquitectos a cargo: Emanuel Fernandez, Federico Cohen
- Colaboradores: Tatiana Obredor, Rafael Godoy, Franco Ocañas Pivetta, Mauricio Bonada
- Equipo de Diseño: Trama Arquitectura + Colaboradores
Memoria enviada por los autores. El llamado a intervenir el espacio central de la plaza fundacional de la Ciudad de Mendoza con el objetivo de poner en valor la fuente histórica, es un desafío y también una oportunidad para reflexionar sobre la relación entre el espacio público y la preservación de un sitio de alto valor arqueológico-patrimonial. Consideramos que la intervención del área requiere una mirada contemporánea amplia que pondere y ponga en valor los elementos más significativos del sitio arqueológico inserto en un entorno urbano de alto valor. La propuesta que presentamos se desarrolla a partir de tres ejes fundamentales.
Reconocimiento y disposición. Como parte de un reconocimiento integral del sector se rescataron en una primera mirada los llenos y vacíos definidos por el arbolado existente en la plaza, con el fin de plantear un mapa de acción que articule con los valores existentes. A partir de este escenario de posibilidades, se estudiaron las vinculaciones tanto con el nivel del recinto de la fuente como con los puntos de interés en ese sector de la ciudad. Con el objetivo de minimizar el impacto del proyecto sobre un suelo potencialmente arqueológico en toda su extensión, se decidió concentrar la intervención en el espacio adyacente perimetral a la cámara actual.
Adaptación / Etapabilidad. El concepto de etapabilidad de la intervención fue fundamental a la hora concebir la propuesta. En una primera etapa, se considera la ejecución del recinto de la fuente histórica en armonía con el trazado actual de la plaza. Para cumplir con este objetivo, la disposición del recinto y su accesibilidad se resuelven en la huella de la actual fuente. En una futura etapa, la intervención integral de la plaza aporta los valores de accesibilidad e incorpora los vínculos de conexión urbana hacia los puntos de interés circundantes.
Circulaciones / Vínculos. Con la premisa de potenciar las vinculaciones entre los sitios urbanos más relevantes del entorno (parque, museo, fuente histórica y ruinas), el proyecto de la plaza está definido por un sistema circulatorio peatonal que determina su tipología urbana. Para mejorar la conectividad y la accesibilidad, se plantean la unificación de niveles entre veredas y calles. El uso de un solado continuo genera un espacio flexible y versátil que puede albergar diversos acontecimientos.
Entendemos que la puesta en valor de la fuente histórica requiere del desarrollo de un nuevo recinto que proteja el sitio arqueológico y que permita ser visitado y comprendido de forma más dinámica, interactiva y respetuosa. El edificio se resuelve a través de una rampa de planta circular que se desarrolla alrededor de la fuente histórica. Es la estructura de la misma rampa la que define el nuevo recinto.
En la superficie, a nivel de la plaza, el edificio se expresa como una delgada placa suspendida sobre una ventana perimetral que permite, de día, el ingreso controlado de luz natural y de noche, se expresa como una linterna hacia el exterior. En el desarrollo de la plaza, la rampa propone una distancia de contemplación que pone en valor el espacio sobre la fuente histórica. La rampa, que nos conduce hacia el hall de acceso, nos va introduciendo paulatinamente en el terreno proponiéndonos de ese modo un recorrido hacia el interior del recinto. Dentro del mismo, se incorpora un anillo perimetral a la fuente para la circulación de los visitantes. Con un sistema de circulación lineal utilizando un acceso y una salida diferenciadas, se ordena el recorrido alrededor del bien.
El sistema constructivo define y caracteriza la expresión material del edificio, que se resuelve utilizando una serie de anillos concéntricos de hormigón armado a la vista sobre los cuales apoyan perfiles de acero laminado. La cubierta del recinto se completa utilizando losas huecas pretensadas que descansan sobre los perfiles de acero. El sistema constructivo descripto permite la ejecución de una primera etapa de construcción in situ y una segunda etapa de montaje de los perfiles laminados y las losas pretensadas huecas, lo que agiliza los tiempos de ejecución de obra y minimiza los posibles riesgos sobre el bien arqueológico-patrimonial.
Segundo Premio
- Arquitecto a Cargo: Alejandro Wajchman
- Colaboradores: Brenda Karalevich, Micaela Champaño, Pablo Quispe, Cristian Gutierrez, Mauro Martinez
- Equipo de Diseño: Primer Piso Arquitectos + Colaboradores
Memoria enviada por los autores. Se trabaja bajo la premisa de respetar la escala de la zona, las vistas que se han mantenido a lo largo de los años, el entorno inmediato y por, sobre todo, la historia que representa el lugar. Se reutiliza el predio de la plaza, revalorizándolo y renovándolo para integrarlo al nuevo lenguaje que utiliza la Municipalidad de Mendoza para el espacio público. Para poner en valor el área de la Plaza Fundacional y recuperar el espacio accesible a la cámara de la Fuente Histórica, se establece como estrategia desarrollar un espacio contenido en una cubierta de baja altura que reemplace la actual fuente superior. En simultáneo, que permita a los visitantes y transeúntes acceder a un mirador y desde el mismo visualizar las dos fuentes históricas, que datan del siglo XIX y del siglo XX, que se encuentran debajo de la cámara y recorrer el área a nivel del suelo.
La presencia del agua en la plaza siempre ha sido muy relevante, si nos remontamos a que el origen de la Fuente fue proporcionarle agua potable a la comunidad que se acercaba al corazón de la plaza en donde se encontraba la fuente de vida, es decir, el elixir fundamental para servirse de él. La propuesta se toma del simbolismo del agua para resignificar el uso social de la fuente y la importancia que ha tenido a lo largo de la historia ese elemento en la vida de la comunidad. Para revitalizar esa experiencia se propone en un área importante del sector a intervenir, un playón de juegos de agua. Esta incorporación tiene la intención de mantener al agua como recurso vivo en la conciencia de los ciudadanos.
El proyecto mantiene los espacios verdes existentes y entre ellos, genera nuevos espacios con diferentes usos: de ocio, de intercambio comercial y cultural, de circulación peatonal y movilidad urbana sostenible. Uniendo el recorrido lineal del parque O’Higgins con el resto del Área Fundacional. La propuesta de puesta en valor de la Fuente y la Plaza responde a que el espacio es un hito con valor sentimental social y patrimonial que apela a la memoria colectiva y a la identidad del lugar.
El proyecto de puesta en valor propone preservar el espacio de la cámara separándola ambientalmente con una cortina de vidrio, para poder generar diferentes condiciones climáticas de ambos lados si así se desease. Y con un ingreso y una escalera secundaria para los arqueólogos e historiadores, para que se pueda continuar estudiando, fomentando el cuidado del espacio. Esta cámara vidriada posibilita a toda la sociedad, observar y conocer la fuente histórica, que de momento se encuentra oculta y con dificultades para la accesibilidad. Esta propuesta responde claramente a los siguientes objetivos: permitir que la historia y la arqueología se continúe estudiando para seguir descubriendo el pasado; que la sociedad conozca de dónde venimos y los tesoros que yacen sobre Mendoza y por, sobre todo, el objetivo de preservar nuestro patrimonio histórico.
El origen del proyecto y su morfología, parten de la interpretación de una escala barrial baja, de una o dos alturas, que presenta el entorno inmediato del sector de intervención. Se trabaja bajo la premisa de respetar la escala de la zona y la relación que debe tener la salida del museo con el paisaje cordillerano por medio de visuales ininterrumpidas y el reconocimiento de la necesidad de generar una nueva cubierta para la cámara de la fuente. Se opta por una cúpula de hormigón, de características geodésicas en el centro de la plaza con la mínima altura posible, que a su vez responda a premisas de accesibilidad y de preservación del bien histórico.
El Área Fundacional es un conjunto de subespacios que siempre estuvieron interrelacionados por la historia que los atravesó. Para revivir ese espacio social, cultural y económico que alguna vez fue el sector, es que la propuesta de proyecto apunta a: una superficie de cubierta transitable, integrada y que genere un aporte al recorrido, a un espacio lúdico que se ubica entre el lugar de la fuente fundacional y el museo, para que se pueda revivir el concepto de intercambio social de las personas que frecuentan la plaza y sus juegos, y que, al frecuentarlos, también puedan conocer estos espacios históricos. Además, se destina un espacio de ferias comerciales, para poder generar el intercambio entre emprendedores, fomentando la economía social. Siguiendo ese pensamiento, es que también se incorpora el espacio para eventos culturales y patios en ese sector de la Plaza. El proyecto leído en su totalidad: Parque, Museo, Plaza, Cámara de Fuente Histórica y Ruinas, busca recrear el espacio social, cultural y patrimonial histórico que alguna vez cumplió en la vida de la comunidad.
Tercer Premio
- Arquitectos a Cargo: Julio Miranda, Alejandro Jofré, Martín Funes, Benjamín Martínez, Pedro Nieto, Rodrigo Báscolo
- Colaboradores: Antonio Borremans, Aldana Castillo, Susana Puig
Memoria enviada por los autores. La recuperación de la cámara de la fuente histórica implica un gran desafío a la hora de intervenir en el área. Los diferentes estratos históricos que nos permiten acceder a la comprensión de las tecnologías actuantes en las diferentes épocas, la necesidad de reorganizar el espacio público en función de nuevos usos acordes al tiempo contemporáneo, delinean las posibilidades a un espacio en donde es posible de manera operativa vivenciar un sincretismo cultural entre lo nativo, lo colonial y lo contemporáneo.
La intención que guía la intervención en el sector específico de la fuente tiene como objetivo que ésta se incorpore como una sala más del museo fundacional transformándose en un centro de interpretación arqueológica y urbana, en donde además de la fuente, y los elementos arqueológicos expuestos actualmente, se muestren de manera eficiente los estratos del suelo, y se expongan de manera didáctica con tecnologías actuales la valoración cultural del conocimiento científico destinado a develar la historia urbana de Mendoza.
La propuesta se basa no en un concepto o en una idea, sino en establecer una estrategia general para trabajar en situaciones donde nos enfrentamos a un problema de orden patrimonial arqueológico. Por lo tanto, la operación debe entenderse como una estrategia de intervención que entiende que todo el valor pasa por desarrollar un sistema de cubierta apoyado nada más que en columnas que permita por debajo de ella explorar el sector alrededor de la fuente y permitir una flexibilización en los trabajos de obra que tenga en cuenta la posibilidad de recuperar los posibles elementos ricos desde el punto de vista arqueológico que puedan encontrarse, para posteriormente delimitar la pieza.
De ahí que sea más grande la placa superior, que la caja propiamente dicha que contiene la fuente histórica. Es decir, el perímetro a construir tiene un grado de flexibilidad que permite seguir trabajando y explorando el sector. De ahí que toda la cubierta se sostenga sobre columnas y sobre tabiques pero nunca sobre la caja muraria de cerramiento, la cual es simplemente un cerramiento, que en algunos puntos podría dejar expuestos los valores de los estratos, elaborar taludes de exposición, o poner en relevancia algunos objetos que se puedan ir encontrando al escavar.
En definitiva, es una estrategia operativa, no de diseño. El diseño del objeto arquitectónico pasa a segundo plano para establecer una arquitectura que trabaja como un cobertor de las obras que puedan ejecutarse una vez que se empiece a elaborar la propuesta. Sabemos que esa dinámica de cambio va a existir y la propuesta refiere a un método de trabajo conveniente para estos casos en donde se ve comprometido el valor histórico de las pre-existencias.
En el despiece constructivo, se puede observar las placas del suelo, en donde se localiza la fuente, la topografía (que es lo modificable), el plano donde se encuentra la fuente, las columnas y el cobertor que trabaja como una terraza jardín, que es un auténtico cobertor de obra, para poder trabajar abajo. Hacemos el cobertor de obra, trabajamos abajo y luego delimitamos la caja. Esa sería la secuencia constructiva de la propuesta que se presenta. Abrir el sector, establecer ese cobertor y luego delimitar la caja en la dimensión que sea necesaria de acuerdo a la riqueza arqueológica que encontremos una vez empezada la obra.
Mención Honorífica
- Equipo de Proyecto: Nicolás Guerra, Fernando Zingaretti, Carolina Virdó, Franco Sandes - ONA (Oficina Nómada de Arquitectura)
- Colaboradores: Pablo Reinchisi, Sabrina Matilla
- Asesor Estructural: ARCCUM / Ignacio Cascone
Memoria enviada por los autores. La propuesta presenta un nuevo referente arquitectónico en la zona de la Cuarta Sección de la Ciudad de Mendoza. Se genera una cubierta metálica blanca en el centro de la Plaza Fundacional que prioriza el espacio público, la puesta en valor de la fuente histórica, la seguridad vecinal, la relación con la vegetación circundante, los lugares de encuentro social y devuelve al peatón su importancia como habitante de una ciudad contemporánea. La transparencia y permeabilidad de la propuesta como así también la elevación del acceso/boca hacia el subsuelo para hacerlo visible son dos decisiones que colaboran con la seguridad urbana del sector y ponen en valor una ciudad más segura para todos los vecinos y con menos posibilidad de vandalismo en espacio público.
La propuesta desarrollada persigue este objetivo, ya que se propone una intervención que genere un hito urbano y se decide generar un sitio de accesibilidad 100% pública, abierto y permeable que permite visualizar el patrimonio arquitectónico de la fuente en el subsuelo y la acerca al usuario de manera orgánica a partir del uso habitual y espontáneo del contexto urbano. El sitio a intervenir se percibe como una gran porción de la Plaza Fundacional de la Ciudad de Mendoza, usado por la sociedad como un espacio de uso recreativo que cuenta con sectores vegetados de suelo absorbente, visuales hacia calles emblemáticas de la Cuarta Sección y con infraestructura construida existente, resultado de la edificación del Museo de la Plaza Fundacional, ubicado dentro de la plaza.
Las diversas relaciones que mantienen respectivamente los monumentos y el patrimonio histórico con el tiempo, la memoria y el saber, imponen una diferencia capital en cuanto a su conservación. En apariencia, esta noción es consustancial a los dos. Sin embargo, los monumentos se ven expuestos de forma permanente a los ultrajes del tiempo vivido. El olvido, la desafección y el desuso producen su abandono y conducen a su desmoronamiento. También los amenaza la destrucción voluntaria y concertada, que puede adoptar dos formas: una negativa, responde a un proyecto de aniquilación política o religiosa y demuestra, por el contrario, el papel esencial que juegan los monumentos en el mantenimiento de la identidad de los pueblos y de los grupos sociales; la otra creativa, está inspirada por el deseo de un mejor funcionamiento.
Situar el patrimonio histórico construido en el núcleo de una reflexión sobre las sociedades actuales, e intentar, por consiguiente, evaluar las motivaciones reivindicadas, reconocidas, tácitas o ignoradas, en que se fundamentan hoy en día los comportamientos patrimoniales es un proyecto tal que no puede prescindir de un retorno a los orígenes. Creemos en la apropiación social del patrimonio arquitectónico como medio para recordar y habitar nuestra memoria. Dialogamos con las necesidades de la ciudad y la conservación del valor cultural del patrimonio existente.
La mayor parte de las ciudades se encuentran ante una deficiencia de espacios públicos de calidad tanto exteriores como interiores. Nuestra propuesta busca colaborar con la ampliación de las posibilidades de disfrutar la ciudad en todos sus aspectos al proponer una sombra artificial liviana y sutil dentro de un determinado sector urbano, logrando un equilibrio con el medio natural que nos rodea. Se tiene como premisa del proyecto la generación de una cubierta metálica como estructuradora del lugar para crear nuevas formas de vida urbana a través del diseño, la consciencia social e histórica, la perspectiva de género y la memoria colectiva, obteniendo un sitio con 100% de accesibilidad pública.
Este lugar invita a la reflexión para habitar el entorno de una manera más sustentable y en equilibrio permanente con la ciudad, donde esta pueda reconocerse a sí misma en el entorno. Se cree fundamental para la preservación del paisaje, considerarlo patrimonio y pensarlo para ser recreado y protegido. También se piensa diseñar el paisaje para potenciar la identidad del lugar, en este caso, el Paseo de la Fuente como lugar de encuentro social y de intercambio de experiencias para todas las generaciones de habitantes de la ciudad de Mendoza.
La propuesta expresa una puesta en valor de la construcción existente, tanto a nivel peatonal como en subsuelo, y su área circundante. Incluido en el desarrollo de una plaza seca, el proyecto integra la estructura existente al espacio público, dando la posibilidad a los habitantes de interactuar con su memoria e imaginario colectivo. Se rescata su aporte al actual contexto físico y social favoreciendo el sentido de pertenencia y de identidad de una comunidad. La propuesta busca resaltar y fortalecer la función y dimensión social del espacio público como un conjunto que integra y reconfigura las relaciones entre ciudadanos, sus actividades, paisaje urbano, patrimonio y medio ambiente. El objetivo macro de la propuesta es recuperar en los ciudadanos el sentimiento de orgullo por su patrimonio arquitectónico, su historia como habitantes de una misma ciudad y su memoria colectiva.